Hay temas, como los relacionados con la muerte, de los que apenas hablamos hasta que nos tocan de cerca. Exhumación es uno de esos términos que no forman parte de nuestro día a día y que, cuando alguien menciona, puede generar cierto desconcierto.
¿Sabes realmente qué es una exhumación? ¿Por qué puede ser necesaria? Aunque no se trate de un trámite frecuente, lo cierto es que puede ser importante entenderlo llegado el momento.
En este artículo de Seguros Atocha exploramos en detalle este proceso, los motivos por los que puede llevarse a cabo y el papel que juegan los profesionales funerarios en él. ¿Empezamos?
¿QUÉ ES LA EXHUMACIÓN?
La exhumación es el proceso mediante el cual se retiran los restos mortales de una persona del lugar en el que han sido enterrados, ya sea una sepultura, un nicho u otra unidad de enterramiento.
Aunque pueda sonar complejo, en realidad se trata de una práctica regulada y habitual en los cementerios. En el siguiente apartado veremos en qué circunstancias es necesario realizarla.
Es importante no confundir con otros términos como traslado o inhumación. La exhumación se refiere al momento en que los restos se extraen del lugar donde reposaban, mientras que el traslado implica su desplazamiento a otro destino y, la inhumación, es el acto de volver a depositarlos en el mismo espacio (tras una limpieza o adecuación del cuerpo) o en uno nuevo.
¿CUÁNDO SE HACE UNA EXHUMACIÓN?
Hay ocasiones en las que surge la necesidad de intervenir en un enterramiento ya realizado. Estos son algunos de los casos más comunes en los que la exhumación se vuelve necesaria:
Finalización del periodo de concesión
En muchos cementerios, el uso de nichos o sepulturas se concede por un tiempo determinado, y no de forma indefinida. Cuando ese plazo expira y no se ha gestionado una renovación, las autoridades pueden proceder a la exhumación para liberar espacio. Esta práctica es muy habitual y suele estar regulada con plazos y avisos previos.
Reagrupación familiar de restos
Algunas familias optan por reunir a sus seres queridos en un mismo espacio funerario, ya sea por razones afectivas o prácticas. En estos casos, se realiza la exhumación para trasladar los restos a un columbario compartido o a una sepultura familiar, lo que permite un lugar común de recuerdo y homenaje.
Cambio de ubicación o traslado a otro cementerio
Puede darse la circunstancia de que se quiera mover los restos a otro cementerio, bien porque la familia ha cambiado de residencia, bien por cumplir con la última voluntad del fallecido.
Actuaciones en el propio cementerio
Hay momentos en los que el cementerio necesita realizar reformas, obras de mejora o organizar sus espacios. En estos casos, si las unidades de enterramiento se ven afectadas, puede ser necesaria la exhumación para proteger los restos y recolocarlos adecuadamente.
Exigencia legal o judicial
Aunque es menos frecuente, es de las más conocidas. Hay situaciones en las que una autoridad judicial o sanitaria solicita la exhumación para fines concretos: investigaciones, autopsias, revisiones legales o motivos de salud pública. En estos casos, el procedimiento se rige por normativas especiales y requiere autorización expresa.
Por ejemplo, puede ordenarse una exhumación en el marco de una investigación relacionada con un posible delito, como parte de un proceso judicial.
¿CÓMO SE REALIZA UNA EXHUMACIÓN?
Aunque cada caso tiene sus particularidades, el proceso de exhumación sigue unos pasos bastante bien definidos. Se trata de un trámite regulado, que requiere permisos específicos y que suele estar sujeto a plazos y condiciones concretas, tanto sanitarias como administrativas.
En primer lugar, la exhumación debe ser solicitada por una persona legitimada, normalmente un familiar directo o el titular de la concesión de la sepultura donde se encuentra el cuerpo enterrado. Es necesario presentar una solicitud formal ante la administración responsable del cementerio, acompañada de documentación que justifique la petición y acredite el vínculo con el fallecido. En algunos casos, también se requiere el consentimiento expreso de otros familiares o herederos legales.
Una vez autorizada la exhumación, se fijará una fecha para llevarla a cabo. Es importante tener en cuenta que este tipo de intervenciones no se realizan en cualquier momento del año: por razones sanitarias, suelen evitarse los meses más calurosos, como julio y agosto. Además, cada cementerio puede establecer sus propios días y horarios para estos procedimientos, que siempre se realizan bajo la supervisión del personal del cementerio.
En algunos casos, es necesario abonar una tasa o asumir determinados costes asociados. Estos pueden variar en función del municipio, el tipo de sepultura o la complejidad del proceso.
Tras la extracción de los restos humanos, en caso de ser necesario se procede a su reducción, limpieza y acondicionamiento. A partir de ahí, se pueden tomar varias decisiones: reinhumarlos en otro lugar, trasladarlos a un columbario, colocarlos en una urna funeraria o proceder a la cremación.
Como hemos visto, la exhumación es un procedimiento regulado, con sus pasos y requisitos, pero también con una fuerte carga emocional. Por eso, contar con información clara y con el acompañamiento de profesionales ayuda a vivir ese proceso con más tranquilidad y respeto.
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