Decimos “estoy bien” mientras nos tomamos un ibuprofeno por ese dolor de muelas que nunca termina de irse. Y posponemos esa revisión con el dentista con la idea de que “total, no es para tanto, puede esperar”.
Pero lo cierto es que la salud bucodental va mucho más allá del aspecto estético o de un mal aliento. Lo que ocurre en la boca puede tener consecuencias en otras partes del cuerpo, y no siempre somos conscientes de ello.
En este artículo exploraremos cómo se relacionan la boca y el resto del organismo, qué trastornos sistémicos pueden estar influenciados por una mala higiene bucal y qué hábitos podemos incorporar en el día a día para prevenir riesgos.
EL IMPACTO DE LA SALUD BUCODENTAL EN OTRAS ENFERMEDADES
Aunque durante años la salud bucal se ha tratado como algo aislado, cada vez hay más estudios que confirman lo contrario: lo que ocurre en la boca tiene consecuencias más allá de los dientes o las encías.
Las enfermedades periodontales, por ejemplo, no se limitan a inflamar las encías o provocar la pérdida de piezas dentales. Las bacterias que causan estas infecciones pueden acceder al torrente sanguíneo y desplazarse a otras partes del cuerpo, generando o agravando procesos inflamatorios en órganos como el corazón o los pulmones.
Uno de los vínculos más estudiados es el de la periodontitis con los problemas cardiovasculares. La inflamación crónica de las encías puede contribuir al desarrollo de aterosclerosis, aumentando el riesgo de infarto o accidente cerebrovascular.
También se ha observado que las personas con diabetes mal controlada tienen mayor predisposición a sufrir enfermedades periodontales y, a su vez, estas patologías pueden dificultar el control glucémico, creando un círculo vicioso.
Lo mismo ocurre con embarazos de riesgo, enfermedades respiratorias o incluso trastornos reumatológicos. En todos estos casos, una boca enferma no solo es un síntoma, sino también un factor activo que puede empeorar el pronóstico general del paciente.
ENFERMEDADES SISTÉMICAS ASOCIADAS A UNA MALA SALUD DENTAL
La salud de la boca no es algo aislado, cuando se descuida la higiene oral o se dejan sin tratar ciertos problemas dentales, pueden aparecer complicaciones que afectan a otras partes del cuerpo.
Estas son algunas de las enfermedades más frecuentes que se han relacionado con una mala salud bucodental:
Enfermedades cardiovasculares
Las bacterias periodontales pueden provocar inflamación sistémica y contribuir a la formación de placas de ateroma en las arterias. Esto puede derivar en problemas como hipertensión, infartos o accidentes cerebrovasculares. La periodontitis no solo afecta a las encías, también puede afectar al corazón.
Según la Fundación Española del Corazón, las personas con periodontitis tienen entre un 25% y un 50% más de probabilidades de sufrir una enfermedad cardiovascular grave.
Diabetes
Existe una relación bidireccional entre la diabetes tipo 2 y las enfermedades periodontales. Por un lado, las personas con diabetes tienen mayor predisposición a sufrir infecciones de las encías debido a que los niveles elevados de glucosa disminuyen la respuesta inmunitaria. Por otro, las infecciones periodontales crónicas aumentan la resistencia a la insulina, dificultando el control de la glucemia.
Enfermedades respiratorias
La flora bacteriana oral puede alcanzar las vías respiratorias inferiores a través de la aspiración involuntaria de saliva o secreciones infectadas, especialmente en personas mayores, pacientes hospitalizados o con enfermedades crónicas.
Estas bacterias pueden desencadenar neumonía por aspiración, una infección pulmonar grave, o agravar enfermedades como el asma.
Complicaciones durante el embarazo
Durante la gestación, los cambios hormonales aumentan la sensibilidad de las encías, lo que puede favorecer la aparición de gingivitis gestacional. Si esta se cronifica y deriva en periodontitis, el cuerpo puede responder con una liberación de sustancias inflamatorias que se han relacionado con partos prematuros, bajo peso al nacer y otras complicaciones.
RUTINAS DE HIGIENE ORAL PARA PROTEGER TU SALUD
Cepillarse bien los dientes no es un gesto trivial ni una manía estética. Es la base de una buena salud bucodental, y puede marcar la diferencia a largo plazo. Más aún cuando se sabe que lo que ocurre en la boca puede influir en enfermedades del resto del cuerpo.
Pero no es suficiente con lavarse los dientes después de cada comida. Usar hilo dental al menos una vez al día y complementar con un colutorio adecuado ayuda a eliminar la placa bacteriana en zonas a las que el cepillo no llega.
También es clave cepillarse la lengua, ya que en ella se acumulan bacterias que pueden contribuir al mal aliento y a infecciones.
Además de seguir una buena rutina, acudir al dentista desde pequeños al menos una vez al año, aunque no haya dolor o molestias, permite cuidar más en profundidad la boca y detectar caries incipientes, acumulaciones de sarro y otras complicaciones antes de que se conviertan en un problema serio.
La prevención en salud bucodental no solo ahorra tratamientos complejos, sino que también mejora el pronóstico de muchas otras enfermedades. Por eso es tan importante incorporar revisiones periódicas dentro de los hábitos de salud general.
Esto, con un seguro de salud que incluye una revisión anual gratuita por asegurado, es aún más fácil de mantener. Cuando cuentas con una póliza que cubre los cuidados básicos de salud bucodental, cuidar la boca no depende solo del tiempo o del bolsillo.
¿CÓMO PUEDE AYUDARTE EL SEGURO A CUIDAR TU SALUD BUCODENTAL?
Como hemos visto, tener buenos hábitos es fundamental, pero también lo es contar con recursos que ayuden a mantenerlos en el tiempo. Ahí es donde entra en juego el seguro de salud.
Muchas personas posponen sus visitas al dentista por una cuestión de costes. Contar con un seguro de salud bucodental permite que la prevención no sea una carga sino algo asumible y regular.
En el baremo de clínicas concertadas de Seguros Atocha, se incluyen de forma gratuita prestaciones como las consultas, revisiones, diagnósticos, limpiezas anuales o tratamientos preventivos como fluoraciones o selladores de fisuras.
Eso significa que no hace falta esperar a tener una urgencia para acudir a la consulta, ni tampoco renunciar a cuidar la boca por motivos económicos. Una póliza de este tipo permite actuar a tiempo, detectar problemas antes de que se agraven y mantener una salud oral constante sin sobresaltos.
En definitiva, tener acceso a estos servicios facilita que el cuidado de la boca forme parte de la rutina de salud general, sin barreras ni excusas.