Herencia yacente, ¿qué es y cómo afrontarla sin complicaciones?

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Cuando un familiar fallece parece que todo se detiene, pero hay una cosa que no: los trámites. En los primeros meses tras el fallecimiento, son muchas las gestiones que deben llevar a cabo los allegados del fallecido.

Mientras se intenta sobrellevar el duelo, aparecen conceptos como herencia yacente. Y preguntas como ¿de esto quién se encarga?, ¿qué pasa con su cuenta bancaria?, ¿cuándo hay que pagar los impuestos de sucesiones?

Saber cómo actuar y tener nociones básicas sobre algunos términos puede evitar problemas mayores, desde tensiones entre herederos hasta asumir cargas económicas sin saberlo.

Por eso, en este artículo repasamos qué implica exactamente la herencia yacente, qué responsabilidades genera y cómo un seguro de deceso puede aliviar muchas de las preocupaciones que surgen en esos días difíciles. 

¿QUÉ ES UNA HERENCIA YACENTE?

Cuando una persona fallece, su patrimonio (sus bienes, derechos y también sus deudas) no desaparece, pero tampoco pasa automáticamente a los herederos.

En ese tiempo de transición todo queda en pausa legalmente. A eso se le llama herencia yacente, al conjunto de bienes y obligaciones del fallecido antes de que alguien los acepte (aceptación de herencia) o los rechace.

Durante ese periodo no hay titular legal claro, por lo que nadie puede actuar plenamente como dueña o responsable aunque sepa que su nombre aparece como heredero en el testamento del fallecido. Y por eso surgen dudas como: ¿puedo usar la vivienda? ¿Se pueden tocar los fondos de una cuenta bancaria?

El problema es que, aunque no se haya aceptado formalmente la herencia, pueden surgir responsabilidades. Por ejemplo, si se paga un recibo, puede interpretarse como una aceptación tácita, con todo lo que eso implica. Por eso es importante entender bien este concepto y actuar con cierta cautela hasta que se hayan gestionado los primeros pasos en relación con la herencia.

TRÁMITES Y RESPONSABILIDADES DURANTE LA HERENCIA YACENTE

Aceptar o rechazar una herencia no es algo inmediato. Al igual que no lo es recibirla. Hay varios pasos previos que pueden llevar semanas o incluso meses.

Estos son algunos de los trámites tras el fallecimiento más habituales que se deben gestionar en este periodo:

  • Obtención del certificado de defunción y del certificado de últimas voluntades. Son documentos imprescindibles para cualquier gestión relacionada con la herencia.
  • Localización y lectura del testamento. En caso de que no haya o que no sea válido, será necesario iniciar una declaración de herederos abintestato ante notario.
  • Inventario de bienes, deudas y derechos. Para valorar la herencia, es esencial saber qué hay y qué falta: cuentas, propiedades, préstamos, seguros, etc.
  • Pago de impuestos. El más importante es el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, que debe abonarse en un plazo de seis meses desde la defunción. En algunos casos, se puede solicitar una prórroga pero hay que hacerlo dentro del plazo legal.
  • Finalmente, aceptación o renuncia formal de la herencia ante notario.

Además de estos trámites, pueden aparecer otros temas sensibles cómo ¿quién se hace cargo de los gastos inmediatos? o ¿qué pasa si hay más de un heredero

Por eso es tan importante informarse bien, contar con asesoramiento legal y actuar con cuidado durante esta fase. Porque lo que se haga (o no se haga) durante estos primeros pasos puede tener un gran impacto en el futuro.

¿CÓMO PUEDE AYUDAR UN SEGURO DE DECESOS EN ESTE PROCESO?

En un momento en el que la familia está emocionalmente desbordada, enfrentarse sola a trámites legales y fiscales puede resultar abrumador. Por eso, cada vez más personas optan por contar con un seguro de decesos que no solo cubra el sepelio, sino que también acompañe y eche una mano a la familia en todo lo que viene después.

Un buen seguro puede marcar la diferencia entre vivir esta etapa con angustia o con la tranquilidad de saber que alguien está gestionando los pasos importantes, mientras los allegados pueden preocuparse de lo verdaderamente importante en esos momentos.

En el caso de nuestra Prima Bienestar, se ofrece una cobertura completa con servicios que resultan especialmente útiles durante el periodo de herencia yacente:

  • Orientación legal personalizada. Incluye la gestión de documentación y trámites necesarios tras el fallecimiento: certificados, contratos de seguro, información sobre sucesiones y pensiones, plazos de prestación de impuestos. Todo centralizado desde un único canal para no dejar a la familia sola frente a las gestiones. 
  • Asistencia integral tras el fallecimiento. Contar con un abogado que explique qué hacer, en qué orden y qué consecuencias puede tener cada decisión es clave. Esta cobertura proporciona asesoramiento jurídico extrajudicial sobre todos los trámites derivados del fallecimiento, acceso a ayuda legal 24h en situaciones urgentes y apoyo en la elaboración o revisión de documentos legales. Todo esto, unido a la orientación legal, ayuda a evitar errores como la aceptación tácita que hemos mencionado antes o malentendidos entre los herederos. 
  • Testamento vital y planificación previa. Aunque no forme parte directa de la herencia yacente, anticiparse también forma parte del cuidado. Poder dejar reflejadas las voluntades y facilitar la gestión posterior es una forma de proteger emocional y legalmente a los seres queridos.

Esto, unido al resto de coberturas de la Prima Bienestar, permite afrontar una situación compleja con más claridad y menos carga. Tener el respaldo de un equipo que orienta, gestiona y acompaña ayuda a reducir el estrés en momentos en los que tomar decisiones no siempre es fácil.

Es en definitiva, una forma de proteger a quienes queremos, incluso cuando ya no estemos para hacerlo directamente.

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